NOTICIAS

Leche, lácteos y celiaquía

¿Eres celiaco/a? Te respondemos algunas preguntas que te pueden surgir sobre el consumo de la leche y sus derivados.

La celiaquía es un trastorno multisistémico de base autoinmune permanente en individuos genéticamente predispuestos, inducido por la ingesta de gluten que provoca una atrofia de las vellosidades del intestino delgado que afecta a la capacidad de absorber los nutrientes de los alimentos. Afecta al 1% de la población adulta y al 1,71% de los menores. El 75% de los pacientes siguen sin diagnosticar y en Cataluña se tarda una media de 7 años en diagnosticar a un adulto celíaco, según datos de la asociación Celíacs de Catalunya.

Pero, ¿en qué beneficia a las personas celíacas el consumo de lácteos? ¿Son imprescindibles para mantener una dieta sin gluten saludable? ¿Qué lácteos son los más recomendables para quien sufre celiaquía? Estas son algunas de las preguntas que nos pueden surgir sobre el consumo de la leche y sus derivados.

Las personas celíacas, a la hora de hacer la compra, lo primero que deben tener en cuenta es qué lácteos están libres de gluten y cuales pueden contenerlo y, por lo tanto, deben extremar las precauciones a la hora de consultar la etiqueta o al fabricante.

Consejos para celiacos

Los lácteos contienen proteínas de alto valor biológico, como el calcio y las vitaminas B6 y B12 y vitaminas A, D y E. Actualmente se recomienda ingerir 2-3 raciones/día de lácteos según la edad, dando siempre prioridad a los lácteos sin azúcar. Antes de decidir tomar leche desnatada, se tiene que valorar el hecho de que ésta es menos saciante que las leches enteras o semidesnatadas y que, además, tendría que estar enriquecida con vitaminas, ya que parte de éstas se pierden en el proceso de descremar. Hay que priorizar el consumo de yogur natural sin azúcar, leche entera y leche fermentada.

En pacientes con enfermedad celíaca recientemente diagnosticada, la intolerancia a la lactosa secundaria es común a causa de la pérdida de la lactasa, una enzima encargada de digerir el azúcar de los lácteos (lactosa) que se encuentra a lo largo del revestimiento del intestino delgado. Al seguir una estricta dieta sin gluten, les vellosidades se empiezan a recuperar y, por lo tanto, en la mayoría de casos se puede revertir esta intolerancia a la lactosa.

Es importante asegurarse de que los celiacos con intolerancia a la lactosa consumen las cantidades adecuadas de calcio. Por ello hay que escoger lácteos con menor contenido de lactosa como la leche sin lactosa, otras leches fermentadas, yogur o queso. los productos lácteos suplementados con probióticos reducen los síntomas de inflamación.

“Si sospechas que tienes un problema con la lactosa, consulta con un/a dietista antes de eliminar los lácteos de la dieta”

En caso de sospechar que tenemos un problema con la lactosa, tenemos que consultar con un/a dietista antes de eliminar los lácteos de la dieta, ya que podría reducir el consumo no solo de calcio sino también de vitamina D, implicada en la correcta formación de los huesos y de los dientes, incrementando así el riesgo de osteoporosis.

Los probióticos, aliados en las dietas sin gluten

Entre los alimentos probióticos son especialmente interesantes para celíacos el kéfir de leche de vaca, cabra y búfala y el yogur natural, ya que al tratarse de alimentos fermentados tienen un menor contenido en lactosa y, además, un efecto probiótico: reducen las molestias gastrointestinales, equilibren la flora, tienen un papel importante en la reducción del estado inflamatorio y ayudan a restablecer la microbiota intestinal, especialmente después de los primeros meses tras el diagnóstico de celiaquía, cuando los intestinos se están recuperando.

Fuente consultada: Asociación Celíacos de Cataluña