El Pleno del Parlamento Europeo votó hace unas semanas sobre el uso de denominaciones propias de los productos lácteos. Las reglas europeas solo permitirán etiquetar como leche o queso aquellos productos lácteos de origen animal y no sucedáneos puramente vegetales, como pueden ser la leche de soja, avena o almendra, o alimentos a base de tofu.
Así Bruselas da la razón a los que esgrimían como argumento para vetar ciertas denominaciones que estas podían llevar al consumidor a la confusión respecto de la verdadera composición y naturaleza de ciertos alimentos veganos y vegetarianos que, por sus ingredientes, poseen unos valores nutricionales diferentes.
Términos como “leche de almendras” o “queso vegano” ya están prohibidos en la Unión Europea, pero esta enmienda prohíbe el uso de expresiones como “producto vegetal de estilo yogur” o “alternativa al queso”.
Este texto aprobado por los eurodiputados introduce una serie de precisiones en dicho reglamento sobre los conceptos de ‘leche’ y ‘productos lácteos’. Así, la enmienda establece que las denominaciones recogidas en la normativa “no podrán utilizarse para ningún otro producto” y además “estarán protegidas frente a todo uso comercial directo o indirecto de la denominación” con respecto a “productos comparables o presentados como sustitutos que no respeten la definición correspondiente” y “en la medida en que este uso se aproveche la reputación de dicha denominación”.
A eso añade que los productos lácteos deben quedar protegidos de “toda usurpación, imitación o evocación, aunque se indique la composición o verdadera naturaleza del producto o servicio o vaya acompañada de los términos ‘estilo’, ‘tipo’, ‘método’, ‘producido como’, ‘imitación’, ‘sabor’, ‘sustituto’, ‘parecido’ u otros análogos”. Incluso, no podrán incluir, por ejemplo, que son una alternativa sin lactosa para las personas con intolerancia o información que identifique a estos productos vegetales con un menor impacto ambiental.