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Las mujeres al mi rural: tres visiones diferentes

Este mes de marzo hemos querido hablar con mujeres que trabajan y gestionan explotaciones agrarias en Cataluña. Tres visiones diferentes para entender como desarrollan su trabajo cotidiano y como ven el futuro de la mujer en lo mi rural.

Me llamo Assumpta Bagaria, y soy socia a partes iguales con mi hombre y mi hijo del Mas Jordà, donde tenemos vacas lecheras.

¿Cómo es un día cualquiera en tu trabajo?

AB.- Me levanto a las 6:30 y en invierno enciendo fuego, algo que disfruto haciendo. Después entre mi hombre, mi hijo y yo acercamos las vacas al robot de ordeñar. Entonces yo levanto a mi hijo pequeño, le doy el desayuno y lo llevo a la escuela. Cuando vuelvo limpio la sala para las vacas estén confortables. El resto del día hago papeleo y me ocupo de la contabilidad. Nos hemos repartido los trabajos con los que cadauno se encuentra cómodo, pero nos echamos una mano en otras tareas si es necesario.

¿Cuál dirías que es la situación de la mujer en el mundo agrario en Cataluña?

AB.- Es difícil generalizar, supongo que depende de la zona y de la realidad de cada una. Quizás yo me siento diferente porque tengo la misma participación en la empresa que mi marido y mi hijo mientras que en otras explotaciones quizás sí se han sentido menos valoradas, pero en mi caso no he vivido eso. Yo siento que mi trabajo se valora como el de cualquier otro. En lo que sí tenemos que trabajar por un cambio mayor es en la visión más tradicional de las tareas del hogar: si yo trabajo en la explotación y en casa, mi marido también porque es su explotación pero también es su casa.

Emprender en el mundo agrario como mujer…

AB.- Pienso que actualmente emprender en el mundo rural es tan complejo para una mujer como para un hombre. Para mí es importante reivindicarme como persona en las tareas que hago, hacerme visible, más allá de ser o no ser una mujer.

A ti personalmente, ¿qué es lo que más te gusta de trabajar en una explotación agraria?

AB.- El año pasado me regalaron una segadora con batería con la que me gusta mantener la hierba. Este trabajo antes la hacía mi suegro, ahora yo he cogido el relevo, y me encanta ver que la zona verde de la casa está segada. Además, no tengo un horario preestablecido, sino una serie de tareas que tengo la libertad de hacer en el momento en que me va mejor.

Un primer paso hacia una visión más en femenino del trabajo en el campo seria…

AB.- Creo que lo que necesitamos es hacer pedagogía y sensibilizar a la ciudadanía para que entiendan y valoren nuestra manera de vivir en el mundo rural, las dificultades con las que nos encontramos, por qué pedimos cosas como que el precio que se paga por la leche sea más justo, etc.

¿Qué relación tienes con ALLiC y qué utilidad extraes en tu trabajo?

AB.- Son quien nos hacen las analíticas, y la verdad es que en los últimos años ha mejorado mucho en cuanto a la inmediatez de los resultados, por lo que hoy en día puedo mirar cómo estamos de calidad y a la que un baremo cambia, soy yo quien está atenta para tener una respuesta inmediata. Todo tendría que ser así: si queremos conseguir unos estándares de calidad o de sostenibilidad, pon al alcance los medios y las herramientas como lo es la ALLIC, porque sin herramientas y solo a base de sanciones, no conseguiremos ni concienciar ni tener un sistema excelente.

Me llamo Mireia Colonques. Soy una de las propietarias de la empresa Les Cabres d’en Peyu. Somos dos socias que desarrollamos las mismas tareas. Soy la gerente, ganadera, pastora, veterinaria y quesera..

¿Cómo es un día cualquiera en tu trabajo?

MC.- Lo primero es poner de comer a las cabras y aprovechamos para hacer una primera revisión del estado de todos los animales. Después las ordeñamos y a continuación salimos a pacer. Salimos con ellas y los perros durante tres horas y después las ubicamos dos o tres horas más dentro de un cercado que tenemos. Aprovechamos entonces para elaborar la leche que transformamos en quesos y otros productos lácticos frescos como requesón. Cuando acabamos, al atardecer, las volvemos a ordeñar y les volvemos a poner de comer en el corral.

¿Cuál dirías que es la situación de la mujer en el mundo agrario en Cataluña?

MC.- A pesar de todo lo que hemos conseguido, hemos de seguir trabajando sobre la base de la herencia de todas aquellas mujeres que en su momento lo hicieron desde el anonimato y sin ningún reconocimiento, pero que gracias a ellas, estamos donde estamos. La situación ha mejorado, pero no es suficiente ni mucho menos.

Emprender en el mundo agrario como mujer…

MC.- Es duro pero posible y bonito.

A ti personalmente, ¿qué es lo que más te gusta de trabajar en una explotación agraria?

MC.- El contacto y el vínculo con los animales y la tierra. Hacer uso de todos mis conocimientos y seguir estudiando para ampliarlos con el objetivo de conseguir el máximo bienestar para mis cabras y así mejorar día a día el rendimiento de la empresa. La participación en todo el ciclo hasta llegar a un producto final es mágico, y me llena mucho.

Un primer paso hacia una visión más en femenino del trabajo en el campo seria…

MC.- Desvincular por completo las tareas que impliquen fuerza física de los hombres. El hecho de ser dos mujeres quienes gestionan una empresa agraria, no tendría que ser motivo de reconocimiento extra por parte de nadie, tendría que verse con normalidad. Por nuestra parte, aprovechando la figura mediática de Peyu y el diseño de nuestras instalaciones que están dirigidas a realizar visitas guiadas, pretendemos hacer llegar el sector primario a todo aquel que esté interesado. Pero intentamos también explicar a todas aquellas niñas y chicas a las que les guste y sueñen con ser ganaderas o implicarse de alguna forma en el sector que se puede, y que ser mujer no es un impedimento, sino, una virtud.

¿Qué relación tienes con la ALLiC y qué utilidad extraes en tu trabajo?

MC.- Es nuestro laboratorio de referencia. Nos ayuda a mantener el control sanitario de nuestro obrador y de nuestros productos antes de su venta.

Me llamo Mª Àngels Rosselló, y soy la responsable de la explotación Sant Jaume de Palau.

¿Cómo es un día cualquiera en tu trabajo?

M.A.- Mi jornada empieza a las 5:30 de la mañana y hago la gestión del separador, que consiste en poner todos aquellos animales que se tienen que separar para hacer tratamientos, revisiones, etc. Después hago los listados de las tareas a hacer para los trabajadores. De este modo cuando ellos llegan a las 6, ya tienen las vacas y las listas de trabajo a realizar. Después, voy a la granja de las becerras a hacer la reproducción y por la tarde hago trabajo de ordenador.

¿Cuál dirías que es la situación de la mujer en el mundo agrario en Cataluña?

M.A.-Básicamente somos de una pasta especial. Tenemos una capacidad de sacrificio muy grande. Con esto no quiero dar a entender que el resto de mujeres no la tengan, pero el sacrificio de pasar frío, calor, de tener que trabajar en un sector mayoritariamente machista y de sacrificar gran parte de la vida familiar y social creo que es bastante del sector primario. No tienes días de fiesta y, aunque no quieras, te llevas los dolores de cabeza a casa, y tienes que demostrar tu eficiencia a diario. Después todavía te queda la gestión del hogar y la familia.

Emprender en el mundo agrario como mujer…
M.A.- Implica tener una red de personas que te ayuden en la gestión familiar. Cuando tienes hijos dependes mucho de los padrinos o terceras personas para que te ayuden en el día a día.

A ti personalmente, ¿qué es lo que más te gusta de trabajar en una explotación agraria?
M.A.- El reto diario de hacer que los animales estén cómodos y muy cuidados, y que tu trabajo se vea reflejado en el rendimiento de la explotación. Aparte de saber que formo parte de la cadena alimentaria y que la sociedad está alimentada con productos de alta calidad hechos por los ganaderos y agricultores de Cataluña.

Un primer paso hacia una visión más en femenino del trabajo en el campo seria…
M.A.- El reconocimiento del trabajo como mujer. Podría potenciarse que cada vez hubiera más mujeres en las direcciones de las empresas agrarias y equiparar sus sueldos al de los hombres en la misma posición.

¿Qué relación tienes con la ALLiC y qué utilidad extraes en tu trabajo?
M.A.- Inicialmente ALLIC nos permitía saber exactamente la calidad de nuestra leche en tanque. Poco después decidimos hacer el control individual de cada animal una vez al mes, de este modo sabemos exactamente la salud de la ubre de nuestras vacas. Con toda esta información podemos tomar decisiones sobre posibles tratamientos.